Otras Vidas, Otros Mundos

sábado, marzo 25, 2006

Interludio





Querido diario,
La travesía en barco no resultó tan gratificante como esperaba. No sólo la mitad de la tripulación eran unos auténticos pulpos, y creeme que se de lo que hablo, sino que además no habían embarcado nada más que Merlot y me consta que el caviar no era ruso. Para acabar la historia, ocurrió algo realmente horrible. ¡¡Por culpa de la humedad el pelo se me puso hecho un asco!! Ah, si, y ahora que me acuerdo se hundió el barco con la mayoría de los pasajeros, pero no es tan grave, eran pobres, viejos o casados. Además, como compensación la linea marina nos regalo una camiseta y todo.

Bueno, una vez en Nueva York, las cosas pintaron mucho mejor. Cierto que todos los méritos del rescate fueron a la condesa esa (que por cierto, su color de pelo no es para nada natural), principalmente, supongo, porque fue la unica que hizo algo, pero estabamos en la ciudad mas viva de norteamérica, llena de pard ... gente a la que conocer. Nada más llegar, me ofrecieron un trato estupendo para una entrevista en la radio con un tal no-se-qué saladeEstar. Tuve que incluir a algunos de mis compañeros, pero ya se sabe, lo mio es la generosidad. Ademas, nos invitaban a un hotelito rustico la mar de pintoresco a hacer el programa (lo de pintor-esco va con segundas, si es que tengo una gracia)

Lo malo es que estaba en obras y habia una de polvo ... con lo malo que es eso para el cutis. Ah, tambien habia una momia encalada. La cal tampoco parece muy buena para el cutis, aunque no se conservaba mal del todo. Tambien habia mas gente, pero no me quede mucho con los nombres. Y juraria que uno de los tipos, si fuese mas alto, mas delgado, mas aristocratico, menos peludo y mas Lord, era Lord Ashford. Que cosas. En fin, luego pasaron muchas vicisitudes: me lave el pelo con un champu supersuave, me invitaron a cenar un filete malisimo, comprobe que el minibar del Hilton estaba muy bien surtido ... Ah, y creo que acabamos con la momia, que era una artista de esas y no le gustaban las criticas incendiarias. Lo malo del asunto es que no consegui explicarme muy bien a la policia y, a pesar de que no habia hecho nada (al menos esta vez) estoy escribiendo estas lineas desde comisaria. Bueno, me las esta escribiendo este agente tan amable mientras me hacen la manicura. ¿Ha llegado ya el te? Gracias, muchachos ...
Besos y abrazos,

Soph

miércoles, marzo 22, 2006

CTHULHU, 1920, Capítulo III

Han pasado algunos meses desde que encontraron a nuestros personajes perdidos en el Atlántico, después del hundimiento del Princess Ann Marie II. La vida en Nueva York ha ofrecido cientos de oportunidades a todos: El padre Abeseynov ha descubierto que sus compatriotas en el exilio necesitan con más urgencia desalojar gases que su ayuda religiosa; la pobre Eve sobrevive como puede en un hogar de acogida de mala muerte en el estercolero de la ciudad; y Kelly McNuggell... bueno, ahoga sus penas en alcohol en los suburbios del barrio estercolero de Eve...

Pero no todos han tenido tan mala suerte. Gerry triunfa con su piano en los grandes escenerios; Modesty Blase ha aprendido al fin y consigue vender sus reportajes sobre el accidente del PAM II sin comentar nada de pulpos ni tentáculos... y Sophie Hapwood, fiel a su estilo, consigue que un antepasado de Mortadelo le consiga un buen contrato para un programa radiofónico de fenómenos sobrenaturales. 10000 pavos con 3000 de adelanto y la posibilidad que llevar a algunos otros sobrevivientes del accidente. Sophie no tiene problemas en convencer al marino, al religioso y a Gerry de que les van a pagar 5000 y 200 de adelanto por salir en el programa... Modesty es algo más dura de pelar, pero la intuición de la reportera sigue de vacaciones y acaba firmando la venta de los derechos de la historia a la competencia...

Así que, de esta forma, tenemos a todos viajando hacia el recien remodelado Hotel L'adila, umbría mansión perdida en ninguna parte, rodeada de nubes tormentosas y un ignominoso lago... un lugar tan ideal para pasar las vacaciones, que hasta los chuchos que cruzan las tierra deciden morirse de golpe para parar el resto de la eternidad allí...

En el hotel son recibidos por la dueña, la viuda Minnie Plunkett, y conocen al resto de huespedes, los Dwyer (Stephen, Dinah y Betsy), los obreros de la construcción, que trabajan a destajo y la vidente ciega y amante de una metamorf... no, espera, que me equivoco de comic... la vidente ciega Laurie Thompson y su perro lazarillo. Y por supuesto, a la mega estrella radiofónica Franky Starr, conocido solo por Kelly (que las noches en el mar son aburridas, aburridas...) y su ayudante Billy. Sophie sospecha. El ayudante le recuerda a cierto Lord inexistente...si se le viste bien, se le cambia el peinado, se le pone bigote, adelgaza un poco... (claro, que con todo eso también le recordaría al Lord el perro de Madam Thompson...)

Los invitados se trasladan a sus hacitaciones, donde extraños sucesos empiezan a ocurrir: Kelly duerme en una cama de verdad; los cuervos deciden entrar en el cuarto de Gerry olvidandose de abrir la ventana; la biblia de Dimitri proclama frases incendiarias (literalmente); de la ropa del equipaje de Modesty caen cientos de arañas. La muchacha grita y Kelly, Gerry y Dimitri acuden prestos para encontrársela agitando su ropa interior. Conociendo el caracter de la reportera, el marino supone que "no" es lo que parece y descubre las arañas que caen de la lencería de la reportera. Toca unas cuantas y sorprendido, averigua que son falsas y que alguien ha manipulado el equipaje de la joven. Justo entonces escuchan gritar a Sophie y acuden al rescate. La escritora los recibe en albornoz y nuestros muchachos piensan en que tampoco está siendo un mal día. Según parece, el baño está soltando sangre por los grifos. Kelly mete la mano, lo prueba y descubre que se trata de algún condimento culinario. Y al encontrarse al señor Star en la puerta, todo queda bastante claro. El presentador y su ayudante Billy están grabando y han montado todo para mejorar su programa. Aclarado el tema, Sophie decide terminar su baño en el cuarto de Modesty... y ya que está, usar su champú, su gel, sus sales de baño, su ropa, revisar las notas de la reportera...

Mientras, El padre Abeseynov insiste en que ha escuchando ruidos raros en el sótano. Kelly, que lleva todo el día buscando algún trabajillo para ganar pasta, decide acompañarle. Gerry y Modesty, que llevan toda la vida buscando algo que los mat... digooo, en que pasar el tiempo, también bajan con ellos. Allí se encuentran con un obrero que está tirando las paredes para ampliar el sótano. Los muros tienen claramente un montón de años, sobretodo por lo que le está costando derribarlas. Y es que ya no hacen paredes como antes... De repente (al menos para Kelly, que el resto tiene todo el tiempo del mundo para apartarse), una sección de la pared cae, dejando al descubierto una cavidad con todo el aspacto de ser un pozo ciego. Aunque el esqueleto momificado que hay allí hace cuestionarse en qué consistía la dieta de los antepasados... McNuggell, que lleva todo el día tocando guarrerías, mete las narices y descubre un pestazo a cal viva y restos que indican que el muerto lleva ahí medio siglo al menos. El obrero, que se había comprado un barco para dar la vuelta al mundo con su esposa, mete las narices y las pierde, junto a la cabeza y el resto del cuerpo, cuando el esqueleto (que después de cincuenta años quiere marcha) se lo lleva consigo a dar un chapuzón...

En la planta superior, Sophie entabla conversación con madam Thompson para comprobar si se trata de la competencia. Sin embargo, cuando la vidente la toca, pierde la consciencia de la realidad y del presente (y otra cosa no, pero vivir el presente se le da bien a la escritora...) Se encuentra a mediados del siglo pasado, cuando un artista excéntrico (para la comunidad menos pija, loco de remate), se dedica a pintar extraños cuadros con vida propia. La turba, fiel a su papel, ataca la mansión, ahorca al pintor y lo empareda en el sótano, tras darle un baño de cal viva, por si las moscas...

En el sotano, el grupo discute qué hacer. Larry, el mozo del hotel, aparece para avisarles de la cena. Le intentan explicar que es lo que ha ocurrido y el muchacho, obviamente, también mete la nariz en el boquete... aunque esta vez sí sale de él... bueno, el cuerpo, porque los ojos en blanco y la babilla indican que la mente posiblemente se ha quedado en otro lado. La mente de Kelly decide que también ha visto demasiado y que se va a hacer compañia a la de Larry. El resto del grupo saca a los dos vegetales del sótano y los suben al comedor. Cuentan la historia y llaman a la policia.

Inmediatamente (ya no harán policías como éstos...) el inspector O´Hara y varios agentes más se personan en el hotel. Como es normal, la historia le parece de lo más inverosímil, sobretodo teniendo en el salón un mozo medio muerto y un ex-marino medio lelo como testigos principales, a los que decide empaquetar en una ambulancia de camino al hospital de la ciudad. La puntilla se la da el ruso que está intentando apuntalar la puerta del sotano con las maderas que encuentra por allí. Así que todo el mundo de vuelta a Nueva York. No abandonen la ciudad hasta nuevo aviso y son todos sospechosos. Pero muy, muy sospechosos...

Mientras, McNuggell recupera la cordura en la ambulancia junto al aparente cadaver de Larry. Que lo aparenta muy mal el tío, porque se le nota tela como se mueve, coje un bisturí e intenta enseñarle al marino como se hace el muerto por la vía rápida. Kelly, que a estas alturas no está para pensar mucho, decide arojarse de la ambulancia en marcha. Una buena idea si no fuera porque el asfalto está bastante duro, las rocas, puntiagudas, y hay un par de árboles que deciden frenarlo amablemente. Increiblemente, el marino aun tiene fuerzas para ver como la ambulancia se convierte en una bola de fuego y cae al lago. Intenta parar algún coche y, después de casi ser atropellado por Gerry y Dimitri, es recogido por el coche donde van O'Hara y Modesty. El inspector, después de escuchar la historia, piensa de Kelly sigue lelo total (y empieza a sospechar que es el estado normal del tipo). De tal manera que lo manda de nuevo al hospital junto a sus hombres, aunque decide quedarse a investigar un poco. Modesty, siempre tras la noticia, se queda junto al policía.

Por su parte, Sophie, fiel a su estilo, le ha sacado a Franky Starr una suite en el Hilton y una invitación para cenar. Desde el hotel intenta localizar a sus compañeros (que todavía hay 7000 pavos si consiguen hacer el programa). No obstante, le contesta una operado local ofreciendole un pase a contrato que... bueno, no, lo que ocurre es que escucha una voz susurrante que dice no se sabe muy bien qué, aunque parece que habla de la vidente ciega...

Mientras, Gerry y Dimitri han llegado al hospital, para encontarse con que no han llevado nadie aún. Al poco rato, llega Kelly, acompañado por varios policias que intentan ingresarle. Le inyectan un tranquilizante, pero por fin tantos litros de alcohol consumidos sirven para algo y no le hace puñetero efecto... aunque no está muy seguro cuando aparece la ambulancia, chorreando agua por los cuatro costados y los dos enfermeros bajan con el cadaver de Larry. Que, por cierto, debe estar hecho un asco, pues cuando el padre Abeseynov lo ve cae redondo del susto. Los enfermeros intentan meterlo en el hospital, pese a las reticencias de Kelly, que empieza a cogerle aversión a los médicos... sobretodo de ojos blancos... En ese momento suena el teléfono. Es Sophie para Gerry. Se cuentan lo sucedido y el pianista decide acudir al Hilton a ver que pasa. Kelly queda con él en reunirse por la zona del lago y buscar a Modesty en cuanto saquen de sus embrollos a Dimitri y Sophie (si está en un embrollo del que quiera salir, claro).

Modesty y O´Hara no han encontrado nada. Bosque oscuro, noche cerrada, niebla espesa, parejita sola... afortunadamente ninguno intenta ligar con el otro, así que consiguen volver y ser recogidos por un coche patrulla. El inspector le cuenta a la reportera que el mayor especialista en la historia de la zona es un tal doctor Orson Elias, información que no viene al caso, así que debe de ser ultraimportante. Modesty le choricea la libreta de notas al comisario, para ver que la principal acusación que tiene contra ellos es que son gente del espectáculo (doble subrayado).El policia se da cuenta. Se empieza a cansar del tema. Las apuestas crecen. La reportera juega fuerte, el farol no cuela y se queda tirada en mitad de la carretera...

En el Hilton, Sophie acude a la cena con Starr. Sophie intenta obtener la dirección de la compet... de su colega, la medium Thompson, y Frank se pone en contacto con Billy para que traiga la dirección. El comedor está vacio. Raro. Hasta comprobar que con la comida se podrían recauchutar ruedas de camión. Al famoso presentador parece no importarle, ni siquiera cuando los filetes(por llamarlos de alguna manera), deciden tomar el camino de vuelta y son vomitados en forma de gusanos. Sophie decide que ya es suficiente y se larga. En el vestibulo se encuentra con Billy, que le indica donde está la vidente. La escritora, con la mayor cara de inocencia que puede poner (y gracias a esa cara miles de desgracias han sucedido. A los demás), le manda al comedor junto a su jefe, mientras ella pone pies en polvorosa (provincia de Zamora). A la salida del hotel se encuentra con Gerry y con la moto de Billy. Intentan tomarla prestada, pero tras estrellarla contra un muro deciden que tomar un taxi tampoco está tan mal... Miestras, Billy y Starr, que ven la escena desde la puerta del hotel, no salen de su asombro. "Artistas...", comenta Starr.

Modesty, mientras tanto, intenta seguir la carretera hacia la ciudad mientras repite mentalmente "no me van a dejar aquí, no me van a dejar aquí...". Sin embargo, se da cuenta de que cada vez está más cerca del hotel. Cambia de dirección varias veces, pero cada vez que se da la vuelta, el hotel está más cerca, tanto, que ya empieza a ver las luces, tanto, que ya ve a alguien en la buardilla, tanto, que ni se da cuenta de que es asaltada por dos zombis. Claro, que ya sabemos que nuestra reportera tiene el gatillo fácil, así que saca la pistola de su liga e intenta terminar de destrozarle la cara a uno de sus asaltante. Falla por poco y el otro zombi la coge de los hombros y... resulta ser O'Hara que intenta hacerla volver en sí, mientras su compañero busca un lugar donde cambiarse los pantalones...

En el hospital, Dimitri recupera la consciencia. Kelly le pone al tanto de la situación y le informa de que han llevado el cuerpo de Larry a la morgue. El monje insiste en ir a eliminar a esos engendros del demonio. McNuggell se deja llevar a regañadientes. No, el hecho de que el ruso coja un hacha no tiene nada que ver. Finalmente encuentran el deposito de cadaveres. En el exterior, un cafe volvado sobre un libro donde se intuyen a penas dos nombres...En el interior, el muerto más dinámico del mundo se dedica a usar las entrañas de los muertos para pintar en las paredes...Los dos insens... nuestros heroes entran a saco. McNuggell coge un bisturí, pero llega demasiado tarde para impedir que el zombi de Larry le de un muerdo al ruso. El marino decapita al zombi, y ya que se pone, al los camilleros que están por allí tirados con los ojos en blanco... mientras Dimitri se dedica a leer los escritos de sangre de las paredes, coger telefonos que dicen el nombre de Orson Elias en vez de ofrecer contratos duo a móviles y perder la chaveta cada vez que se mira en un espejo. Lo último le parece de lo más normal a Kelly. Pero lo del teléfono. Eso sí que da mal rollo.

O'Hara ha decidido llevar a Modesty al hospital, ya que empieza a dudar de la cordura de la joven. Intentan sedarla, pero la reportera, al grito de "No estoy loca!!!" se dedica a correr de un lado para otro y golpear a los pobres celadores, cuya única culpa es parecer armarios de dos puertas (y tener el mismo cerebro). Finalmente consiguen sedarla, justo cuando llegan al hospital Sophie y Gerry , que deciden acompañar a su amiga. En la habitación, la reportera recupera la consciencia para encontrarse rodeada por los cadaveres en descomposición de sus dos amigos. Estos, que se encuentran en realidad perfectamente, se sorprenden (pero no mucho) de que su amiga, que no está loca, no, les ataque con furia. Gerry consigue inmovilizarla y a Sophie se le ocurre la solución más lógica y cuerda: bailar el Charleston...

Kelly, mientras tanto, arrastra a un delirante Dimitri por los pasillos del hospital hasta la zona de psiquiatría, donde son detenidos a las puertas de una habitación. Por la descripción del celador, Kelly sospecha que pueden ser sus compañeros. Cuando mira por la ventana y ve a Gerry y Modesty forcejeando en la cama mientras Sophie baila el Charleston, no le cabe duda. En ese momento, Modesty vuelve a recuperar la noción de la realidad y finje un ataque. El celador acude a buscar ayuda y todos deciden salir por patas de allí. Roban un coche (ver una moto fue tentador pero...) y acuden a casa de la vidente Thompson.

En la residencia de la vidente son recibidos por doscientos kilos de grasa que dicen ser el portero. Escuchan extraños ruidos en casa de la medium y, tras derribar la puerta, observan con horror como el perro lazarillo se está comiendo a la anciana. Preguntándose qué clase de comida le daban al pobre animal, entran y son atacados por el perro. Sophie recurre al conocido armamento jarronil que tan buen resultado dio en el Transiberiano y liquida al chucho. El portero, al ver la escena decide llamar a la policia. Resbala con los sesos del perro y se golpea en lo único que no iba protegido por veinte centímetros de grasa. No, eso no. Se desnuca. Nuestros muchachos deciden salir de allí y acudir a casa de Orson Elias, ya que Dimitri no para de repetirlo. Y el ruso es la imagen de la cordura, vamos.

Sin más incidentes (bueno, Modesty tiene otro ataque y está a punto de estrellar el coche...pero ella no está loca, eh?) llegan a la casa del doctor Elias. Allí se encuentran con un viejo apergaminado rodeado de gatos que les explica todo el percal. El pintor loco, Gianni Valdemetti, abrió un portal a otra dimensión en el hotel. Lo mataron bien muerto, pero la puerta sigue abierta y solo la sangre de un descendiente puede sellarla... y si hubierais venido al principio en vez de hacer el chorra por ahí, habríais terminado antes... ahora todos vais a morir, etc, etc... Kelly intenta sacarlo de allí cuando los miles de gatos deciden que tienen una pinta mucho más suculenta que las galletillas resecas que les da el viejo. Cuando los felinos le destrozan lo poco que le quedaba sano, el marino decide que, total, otro muerto más, quien lo va a notar...

Así que llegan al hotel, donde son recibidos por la viuda Plunkett, de soltera Valdemetti (Tachan, tachannnnnnn...). Nuestros chicos le explican la situación porque, ¿cómo no va a creer a una reportera que claramente NO está loca, un monje ruso que solo divaga cosas incompresibles y un marino al que parece que se le ha caido un muro encima, ha saltado de un coche en marcha y ha sido atacado por una turba de gatos salvajes...? Sophie, más práctica, decide subir a la buardilla, donde se encuentra con el pintor loco (o lo que queda de él) y la pintura maligna de su visión. En el vestíbulo, la señora Plunkett se niega a ayudarles. Dice que el doctor Elias ya vino con la misma historia y mató a su madre arrojándola a la fosa. Dimitri grita que quemen el cuadro y arrojen a la mujer y pierde el último hilo que le ataba con la cordura (que tampoco era muy fuerte). Kelly intenta noquearlo, pero cuando Sophie quema el cuadro en la buardilla, el ruso estalla en llamas y muere (o remuere). Escapan del hotel incendiado junto a la viuda Plunkett, pero se muestran reticentes a matar a la mujer para sellar la puerta. Todos excepto Modesty, pero claro, ella NO está loca... De todas formas, no tienen mucho tiempo para decidirse, pues en seguida llega O'Hara y los detiene a todos por dejar un reguero de muertos a su paso y cientos de pruebas más... Solo Gerry consigue salvarse del talego, aunque no sabemos como... Y no, no hay fotos de la ficha policial, porque a nuestro diablillo de la cámara de imágenes ya le dolía la mano de tanto dibujar...

lunes, marzo 13, 2006

CTHULHU, 1920, Capítulo II

Varios meses han pasado desde los últimos acontecimiento. Bueno, del último que está escrito sobre esta historia. El último acontecimiento ha pasado hace un segundo, pero a nadie le interesa la vida del señor Corttot y su vieja cafetera...

Nuestros conocidos Sofhie Hapwood, Modesty Blase y Gerry Bone consiguieron finalmente salir de Siberia gracias a la ayuda de los campesinos del tren y el buen hacer de la escritora, que rapidamente consiguió sustituir al difunto John Smith por un nuevo escl... portamaletas, ayudando al padre Dimitri Abeseynov a huir de las persecuciones rusas (persecuciones por religión, claro, que las rusas no veían muy atractivo al bueno de Dimitri...)

De esta forma, envueltos en una aureola de fama como sobrevivientes del accidente del Transiberiano, llegaron a Gran Bretaña . Gerry tuvo más contratos que nunca (incluso le pagaban), Sophie siguió haciendo lo que mejor se le daba (pillaba pasta como siempre, pero ahora más); Sólo la intrépida reportera Blase refunfuñaba. Los editores habían censurado su reportaje sobre los extraños sucesos siberianos y lo habían dejado en una clásica historia de accidente ferroviario. Incluido su héroe al más puro estilo americano: el perro Fifí.

Pero como siempre, la fama es efimera, sobretodo cuando Madam Pompadull ha sido vista saliendo del teatro con un muchacho, !!cinco años más joven que ella!!... Es por ello que nuestros heroes (no tenemos otros), aún están sorprendidos de encontrarse en la opulenta y gradiosa fiesta de Lord Ashford IV, rodeados de lo más selecto de la aristocracia del lugar y de toda la parentela de Fifi, el perro maravilla... El aristócrata les muestra su museo de objetos extraños, en particular una escultura con toda la pinta de haber sido reconstruida por un niño despues de destrozar una gargola y un ángel e intentar reconstruirlos todos juntos aprovechando los escombros de una casa . El trío utiliza el resto de la velada para dedicarse a lo que mejor se les da: Gerry triunfa con su piano, Sophie le saca un par de trajes al Lord y Modesty vende su reportaje sobre el suceso del transiberiano al aristócrata, que se muestra muy interesado por el documento. Además, les entrega un pasaje para los tres en el superlujoso Transatlantico Princess Ann Marie II, con destino a Nueva York. Misteriosamente, a la mañana siguiente, un criado se disculpa por la ausencia de su señor y son empaquetados hacia el puerto sin más ceremonia.

Mientras tanto, en un garito de mala muerte, Kelly McNuggell, escucha con resignación como su enésimo negocio para retirarse se ha vuelto a ir pique. Los irlandeses han decidido unirse a los ingleses, franceses, alemanes... y decidir que, o les paga lo que les debe, o la próxima vez va a estar una larga temporada en el mar...por la parte de abajo... Kelly decide que la mejor opción es ver nuevo mundo, y acepta la oferta que le dan para trabajar de sobrecargo en el PAM II (el mismo de antes... es que tiene un nombre muy largo...).

Así que aquí tenemos al marino recibiendo al pasaje y prometiéndole a Modesty que le enseñará el barco cuando ella lo desee. La reportera sigue sabiendo como usar eso de sonreir... Más pasajeros suben al barco: la despampanate Condesa Constanza Dell' Ama, y la joven Enmmanuel Pormut, pequeña, pálida, delgadita y... bueno, que llama la atención después de ver a la Condesa... Del resto de pasajeros que siguen subiendo, no vamos a hablar mucho, que son casi dos mil y menudo tostón (y para eso se lo va a comer McNuggell). El barco zarpa, cada cual se va a su camarote de primera y el padre Abeseynov a las bodegas de tercera. ¡Ay!, si hubiera conocido a John Smith no estaría tan sorprendido...

Por su parte, el Capitán Wilford Atkinks presenta al resto de la tripulación al nuevo sobrecargo. Como el extraño técnico de telegrafos, Milton. El olfato de Kelly estaba inmunizado al peste de pescado, pero mezclado con queso rancio... solo un marino borracho no vomitaría (...y solo para no desperdiciar el licor que ya hubiera ingerido...). El Capitán, no obstante, le previene contra Bowels, al que acusa de aprovechar su posición para sacar tajada de los pasajeros. Kelly decide alejarse de Milton, explorar el barco y charlar con Bowels. Que donde come uno, comen dos...
Sophie ya ha hecho buenas migas con la condesa, es decir, se piropean mientras rajan mentalmente la una de la otra... Finalmente, decide ir a su camarote a probarse los vestidos tan duramente ganados. Sin embargo, una joven camarera la espera allí queda tan sorprendida al verla que arroja al suelo todos los regalos de bienvenida. Eve, la doncella, se disculpa justo cuendo el jefe del servicio (como todo buen jefe cabrón que se precie) aparece oportunamente en el peor momento para dar una reprimenda a la muchacha. Sophie sale en su defensa y, de camino, saca doble ración de regalos de bienvenida, que la clave está en prácticar siempre que se puede.
¿Y el padre Abeseynov?. Descubriendo que perderse en una fiesta irlandesa de Tercera Clase persiguiendo a un niño no es la mejor idea del mundo cuando se tiene el sentido de la orientación de una polilla en un farol y lo mejor que se sabe decir en inglés es "!!!Cállese Señorrra!!!"...

Gerry Bone, en sus deambuleos, ha conocido al tejano Mike Wilson III, un autentico americano hecho a sí mismo. Y así salió, sin modales y con la cabeza como complemento del sombrero. Eso sí, forrrado de pasta, con lo que Gerry aguanta sus puros y su bebida, a ver si saca algo. Solo consigue enterarse de la sesión de espiritismo de Emmanuel y de que el tejano considera que el mejor sitio para descansar su mano es el trasero de la pobre Eve (que empieza a sospechar que no es su día). Modesty, que lo ve, se enfrenta al tejano, que se burla de la reportera, así que decide ir a entrevistar a la sirvienta.

Sophie, que pasaba por allí, sigue haciendo prácticas y consigue que el tejano la invite a cenar...

Mientras, McNuggell encuentra a Bowels con Hernandez y Fernán... con Thomson and Thomson, grandes empresarios con ideas chorras y montones de pasta... el prototipo de socio ideal...

Modesty, que va pensando titulares del tipo "Abordando a la mujer", "Servirse del servicio" o "No me toques el culo!!", consigue arrinconar a Eve para hacerle la entrevista. La aparición del jefe de servicios, convence a la muchacha de que no, que hoy no es su día... Mc Nuggell, otro que pasaba por allí, acaba llevándose a la reportera y salvando a Eve de su "ayuda"...

Sophie y Gerry, por su parte, están en la sesión de espiritismo de Emmanuel. La escritora apenas contiene su indignación ante tan falso expectáculo, ante tal estafa, ante tal... plagio!!. Cuando Gerry hace que la sesión termine, haciendose pasar por un espiritu con tan poco fortuna que casi se convierte en uno, Sophie y Emmanuel quedan a solas. La joven reconoce a su ídolo, su maestra, la gran Hapwood. Sophie conoce a su mejor disciplula, su mayor admiradora... y un potencial increible para seguir aliviando a viudos y viudas de sus tristezas... y del peso de sus bolsillos...

Después de este fantástico episodio de "Vacaciones en el Mar", cambiamos de canal y volvemos a tener a todos en el comedor. Excepto a Gerry, que ha decidido que otra sesión más de copa, puro y testosterona tejana es demasiado y se ha ido a recuperarse. Kelly y Modesty están soportando el tostón de los Thomson hasta que la reportera ve a un imitador de Leo DiCaprio haciendo gestos por la ventana. Como ni era Leonardo, ni hacía los gestos que ella querría, avisa de McNuggell, subiendo en la estima del marino por ofrecerle un escape al suplicio de los Thomson. Una vez fuera, una imagen espeluznante los golpea. Un perro destripado en medio de extraños símbolos. Que alguien se haya hartado del enésimo clon de Fifí no sorprende a nadie, pero que hayan ensuciado así la cubierta... "Animales", piensa Kelly. El padre Abeseynov, que al fin ha conseguido subir a cubierta, se encuentra la escena y tiene su momento de gloria al poder usar su mejor frase en inglés para tranquilizar a la dueña del perro. Modesty sigue persiguiendo al muchacho, que tras soltar un par de frases misteriosas y crípticas ("Vais a morir todos" y "Ni se os ocurra borrar la señal") se arroja al mar.

Los sucesos se suceden (algo normal, excepto en vortices temporales...). Una niebla espesa lo cubre todo. La señal es borrada pese a los esfuerzos de Modesty. Sophie sale a ver que ocurre y sufre el más horroroso de de los terrores... comprobar como la humedad le deja el cabello hecho un asco... Así que decide volver al comedor, donde Emmanuel sufre un extraño ataque, vomita agua salada y se desmaya. Ayudada por Sophie, Mike Wilson III y el padre Abeseynov, es trasladada a la enfermería, donde gracias al arte de Sophie y la pasta del tejano, consiguen que atiendan a la joven medium. Mike Wilson III agradecido por la ayuda del monje intenta darle un donativo pese a los rechazos de éste. La escritora, que se encuentra en su día grande, le saca el doble...

Kelly empieza a mosquearse. Nadie le hace ni puñetero caso y no parecen ser conscientes de que navegan a través de un puré de patatas (y que en los purés hay tropezones a veces...). Pero más miedo le entra cuando ve como un enorme transatlático se cruza con ellos. Su mente de marino le informa de que es imposible que navegue tan cerca de su barco y su sentido común decide hacerle olvidar que la tripulación que le hace gestos desde el barco apenas si son sombras borrosas. El sentido común de Módesty decide tomarse unas vacaciones y lo ve todo...

En la enfermería, Dimitri consigue sacar a Emmanuel de su trance por el viejo ritual de exorcismo consistente en gritarle al oido al poseido. Dejando a la muchacha al cuidado de la enfermera, vuelven al comedor, a tiempo de descubrir que todo el mundo habla de la llegada de Lord Ashford IV. Para sorpresa de ambos, se trata de un viejo carcamal sin descendientes y que lleva años sin visitar su hacienda. A Sophie el viejete le cae bien y decide brindarle el mejor baile de su larga vida... y gratis... y posiblemente el último...

Mientras, Kelly, que empieza a hartarse, decide ir a telegrafos a intentar comunicarse con el exterior. Allí se encuentra con Milton y con el médico de a bordo, que le hacen el mismo caso que los demás. Deseoso de deahogarse golpeando a alguien, Kelly ataca al doctor, para descubrir que éste realmente parece tener más de una lengua... y que son muy fuertes... y que tiene la boca muy grande... del tamaño de una cabeza humana...

En otro lugar del barco Modesty tropieza (literalmente) con Eve, a la quese le vuelve a caer todo. Y sí, el jefe de servicio andaba por ahí... La reportera pierde la paciencia y tirotea al mayordomo que resulta ser otro bicho tentacular. Que Modesty no lo descubra hasta después de disparar nos hace dudar entre la sagacidad de la reportera y que sea un peligro ambulante... El hecho de llevar todo el día cruzándose con malos malísimos planeando maldades sin darse cuenta, nos confirma que más vale caerle bien a la señorita Blase...

McNuggell, mientras tanto, decide que su viaje alucinante por el interior de un pulpo humanoide no es bueno para su salud, y consigue escaparse volándole la cabeza al ex-doctor. Aunque no contaba con los seres tentaculares que reptan por el techo y que deciden que no hay nada como comparar para tener criterio. Así que le dan otra visita con vistas estomacales.

Por su parte, Dimitri y Sophie deciden volver a la enfermeria a preocuparse por Emmanuel. Allí la encuentran junto a la Condesa y la enfermera, que resulta ser otro bicho tentacular (sí, había un 2x1 de cruceros con buffet libre en el otro plano). No obstante, nuestros heroes deciden atacar a la Condesa (sí, definitivamente no estaban muy lúcidos). Sophie falla y cae sobre los amorosos (y tentaculares y viscosos) brazos de la enfermera. Al monje no le va mejor. Por suerte, porque la Condesa salva a la escritora y, de camino, prepara pulpo al plomo. Aclarados los malentendidos, toman la sabia decisión de buscar los botes salvavidas y tonto el último...


En otro lugar, Modesty encuentra a Kelly. Bueno, al trasero de Kelly saliendo de una cosa tentacular, pero la reportera no tiene problemas en identificar al marino... Tras conseguir salvarlo y esconderse con Eve y Milton en la sala de telégrafos (¿hemos dicho ya que la intuición de Modesty no embarcó en Gran Bretaña?) las cosas se empiezan a poner chungas, viscosas y tentaculares. Y no, definitivamente no era el día de Eve...

Dimitri y Sophie dejan a la Condesa al mando de la evacuación (realmente la Condesa toma el mando sin preguntar ni nada, pero bueno...), decidiendo ir a rescatar a los demás. El monje se arma con un hacha. La escritora de paciencia... Acaban encontrando a sus compañeros. Sophie se convierte en superguerrero, elimina a Milton y manda un SOS por el telégrafo. Eve carga con el incosciente Kelly. Por fortuna para él, porque el amuleto que lleva la doncella los proteje de los ataques de los tentaculos. Finalmente, con la ayuda de Dimitri, consiguen escapar en el último bote salvavidas, a tiempo para ver como el "maior pulpo que jamasss conosí" abre el transatlántico y se decepciona ante la poca chicha que contenía la lata de aperitivos...